LA
TRANSFORMACIÓN A TRAVÉS DE ACTITUDES
Por Lula Cañas

La
vida nos plantea retos que ponen a prueba nuestra capacidad de
adaptación, nuestra capacidad para comportarnos como realmente
deseamos hacerlo, desde nuestro interior.
Según
el yoga, la mente se puede entrenar, como un músculo. Gracias a la
práctica reducimos la agitación y la pesadez mental; favorecemos
el desarrollo de la claridad y la serenidad, y toda una serie de
actitudes beneficiosas que potencian nuestro grado de madurez, así
podemos afrontar y gestionar mejor las situaciones de la vida
cotidiana, sobre todo en los momentos más delicados.
ELECCIÓN
DE ACTITUDES
En
uno de los textos fundamentales del sendero del Yoga (Sûtras
o Aforismos de Patañjali) se sugieren una serie de actitudes
positivas que crean y mantiene un ambiente de paz interior.
-
Un sentimiento de amistad, de amigabilidad
-
La compasión, un acompañamiento respetuoso ante el dolor ajeno
-
La alegría por las buenas acciones de los que nos rodean
-
La neutralidad positiva, un distanciamiento que favorezca la reflexión para considerar si podemos aportar algo que beneficie ante una situación de confusión o conflicto
Estas
actitudes son una protección para nuestra mente; evitan la
alteración, la perturbación que producen las reacciones mecánicas,
como la envidia, los celos, el egoísmo, la dureza de corazón, la
arrogancia y la crítica ácida, hiriente. Su desarrollo nos aporta
la serenidad interior que anhelamos y que podemos ofrecer en nuestro
entorno social.
Estas
cualidades tienen un gran poder transformador. Se pueden incluir en
la práctica para
facilitar la concentración, enriquecer la experiencia de la práctica
y crear un ambiente más meditativo.
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